EMILIO HERRERA LINARES (Granada, 1879- Ginebra, 1967). Aviador e intelectual español. Perteneciente a una familia de tradición liberal, a los 20 años se gradúa en la Academia de Ingenieros de Guadalajara y, posteriormente, se vincula al Servicio Español de Aeroestación, donde participa en la consecución de destacados logros como el estudio de un eclipse solar tras ascender en globo en Burgos (1905) o en la segunda travesía aeronáutica sobre el Estrecho de Gibraltar. Continuando con su formación, obtiene el título de Piloto de aviación y trabaja en el Aeródromo de Cuatro Vientos. En mérito a sus trabajos de física, es nombrado miembro de la Academia de Física y Ciencias Exactas y es fundador de la Asociación para el Progreso de las Ciencias que colabora con la Residencia de Estudiantes. Tras la proclamación de la II República, apoya las reformas militares de Azaña y asciende a General del nuevo Ejército del Aire. Es representante técnico de la República Española para el Convenio Internacional de Navegación Aérea. Durante la Guerra Civil permanece fiel al Gobierno constituido y es designado coordinador técnico en la Fuerzas Armadas del Aire. Es designado agregado en la misión diplomática para Sudamérica que Azaña encarga a Indalecio Prieto en 1938, y después de la instauración franquista, marcha al exilio donde se trabaja en publicaciones especializadas en aviación y como funcionario de la UNESCO hasta 1955, cuando renuncia en protesta por la admisión del Gobierno oficial de España en este organismo. Posteriormente, entra en el Gobierno republicano en el exilio como Ministro para Asuntos Militares, primero y como Presidente después de 1960 a 1962. Finalmente, se establece en Suiza donde vivirá el resto de su vida.